La mayoría de las personas sufren de cierto vértigo cuando ganan conciencia de un hecho irrefutable: en el trabajo del conocimiento, siempre hay más cosas por hacer que tiempo disponible para hacerlas. Lo que imperiosamente nos lleva a la necesidad de dejar cosas sin hacer, nos guste o no. Sin embargo, la gestión del tiempo parte de la idea de que, si te organizas y priorizas bien, podrás sacar adelante todas las cosas que te propongas. Es decir que, por diseño, la gestión del tiempo carece de mecanismos para gestionar el «exceso» de potenciales compromisos que todos tenemos, y que no podremos llevar a término por falta de tiempo. Esto es parte de un artículo de Jerónimo Sanchez que pueden acceder aquí