Dar y recibir perdón no es demostración de vergüenza o debilidad. Es una demostración de fortaleza ente algo que se rompió o al menos se quebró: una relación entre dos personas. Muchas veces no alcanzamos a descubrir que el problema no es «el otro» ni «uno mismo» sino que el problema está afuera de cada uno, y que para ver el problema, necesitamos alinearnos con ese problema, salirnos del problema y mirarlo desde afuera. Para esto es necesario pedir perdón, recibirlo, y darlo. Porque solo así seré capaz de mantener la relación por encima de la relación y demostrar que la relación vale mas que mi actitud personal. Esto se aprende, y en este articulo, una docente nos enseña una estrategia para lograrlo.