«Entre la múltiple enumeración de los derechos del hombre que la sabiduría del siglo XIX recomienda tan a menudo y tan complacientemente, dos muy importantes han sido olvidados, que son el derecho de contradecirse y el derecho de irse», dejó escrito Baudelaire.
Pues bien, hago uso del derecho baudeleriano y me contradigo. El azar en realidad no tiene nada de casual ni de fortuito. Es más bien premeditado e insistente. El azar es ordenado y sabe lo que hace. Y hace dos meses me llevó a escuchar a Fausto García Rey decir que la vida consistía en buscar y crear casualidades. Casualidades que van construyendo vínculos. Vínculos que construyen nuestras vidas. Que vivir es construir vínculos.
Agatha Christie. Autores y máquinas de escribir
El azar, o Enrique Vila-Matas que viene a ser lo mismo, también me llevó hace unos años a Miguel Ángel…
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